La ya conocida técnica de “bajar de grado” forma parte de los múltiples mitos que circulan por la comunidad chilena-carretera-contemporánea. Y es que el efecto que produce esta técnica (también conocida como “montaña rusa”) es muy atractivo para el que está buscando emborracharse en tiempo record. Para los que no la conocen o no han escuchado de ella, les daremos una breve explicación. Usted (sujeto a embriagar) parte tomando un copete fuerte (con alto grado alcohólico), como por ejemplo un vaso de piscola. Luego de haber bebido un par de vasos de este copete fuerte, pasamos a la segunda fase que consiste básicamente en tomar algo más suavecito, u cerveza vendría al caso. Esta segunda etapa es la más importante ya que aquí estamos “bajando de grado”. Lo que se intenta conseguir bajando de grado es curarse más rápido que tomando como lo hacemos siempre.

Pero, ¿qué tanto tiene de verdadero este efecto? Ya era hora que alguien se cuestionase la veracidad de este mito urbano, bueno talvez alguien lo hizo, pero era hora al menos de que alguien investigara algo sobre el tema. Nosotros lo hicimos. Entrevistamos al Doctor César Pinilla y le pedimos su opinión médica sobre este “fenómeno”:

• Dr. ¿Afecta realmente combinar bebidas de distintos grados alcohólicos al momento de embriagarse?

Por lo conversado con el doctor nos pudimos dar cuenta que este es un mito falso y que el orden de los factores (copetes) no altera el producto, si no que lo que influirá al momento de curarse será la cantidad de factores (copetes) bebidos.

Tal vez usted, lector, tuvo una vivencia personal del mito y encuentra que no es así, que el bajar de grado sí influye. Bueno le decimos que se equivocó y a lo que se pudo deber su borrachera fue simplemente a la sugestión a la que sus amigos lo sometieron.